Te queremos Sebastián

Por Vitacura con Padre Hurtado, va subiendo la sombra de Daniel.

Entre pocos constituyentes, algunos alcaldes y concejales el temor se asoma. Es que lo sucedido el pasado domingo reconfiguró el sistema, puso fin a la hegemonía de los partidos tradicionales, pero sobretodo, cubrió de pánico a la derecha y a sus simpatizantes.

Los temores de Macaya, Desbordes y compañía se hicieron realidad. El presidente arrastró, como un lastre oxidado y desvencijado, a todo su sector a una derrota además de histórica, ignominiosa, no sólo por el previsible fracaso en la elección de constituyentes, que alcanza solo para escamotear compasión, sino que por la derrota en las alcaldías de Santiago y Maipú, que significó entregarlas al Partido Comunista y al Frente Amplio respectivamente, con toda la carga simbólica que conlleva ese traspaso.

El aliento de la izquierda y de un gobierno comunista atraviesa Estoril con Las Condes.

Sentados frente al televisor, el pasado domingo, Piñera y compañía, vieron en primera fila, el ocaso del neoliberalismo, la sorpresa de los independientes y también la culminación de la transición como enjambre político que sostenía el modelo. Observaron, asombrados y escépticos, que ningún gobernador de su coalición fue elegido y que a pesar del esfuerzo de sus amigos, que depositaron onerosas sumas en las campañas de los partidarios del gobierno, la asamblea constituyente tendrá aroma a feminismo, territorio, progresismo y reivindicación.

Qué peor panorama para los conservadores del país, sobretodo entendiendo que en noviembre próximo se elegirá a la próxima presidenta del país. Frente a esta realidad y al espanto de los resultados, los ojos oligárquicos del país, que miran todo como una dualidad con los lentes de la Guerra Fría, se imaginan que si no hacen algo urgente y trascendente, se asomará detrás de Sanhattan, la cúpula del Gran Palacio del Kremlin. Por eso, el presidente de la UDI, en un acto infantil, pidió levantar las cuarentenas y el toque de queda, para que esa rabia y cansancio que significa el encierro, se transforme en un apoyo político inmediato. No sólo demuestra populismo, sino también, algo característico de la derecha chilena, una falta de pensamiento crítico que le permita establecer diagnósticos certeros y reales.

El manto invisible del Frente Amplio cubre La Dehesa con Las Condes

Mientras Piñera salía a escena lamentando que no han podido sintonizar con la ciudadanía, algo que viene repitiendo desde el estallido social, cerquita de palacio los abrazos, palmadas en la espalda y palabras de buena crianza, inundaban el espacio virtual del Partido Comunista y del Frente Amplio. El triunfo, más simbólico que electoral, tiene a sus candidatos soñando con calzarse la banda presidencial. Es su momento, por eso no hay que hacer pactos, hay que castigar a los que usufructuaban del modelo, no importa si quieren participación abierta y la gente que vota, decida, lo importante es cerrar el círculo, total, el triunfo está de su lado.

La trifulca polìtica del miércoles pasado, será evaluada por el tiempo, pero el momento era el indicado para dar nuevas señales, dejar de lado prácticas agotadas y entender que la participación de todos es fundamental.

Por mientras, el presidente sigue en escena y la oposición lo agradece. Sin sus erradas decisiones, no habría insumos para conectar sus campañas políticas con la rabia y el descontento del votante hacia Sebastiàn Piñera. Mientras que la derecha implora que adelante el término de su mandato, deje todo firmado y se vaya a Caburgua y así comenzar a eliminar los fantasmas del primer gobierno comunista de Chile.

#Opinión

Fernando Miranda

Socio y Periodista