

Este nuevo libro, editado por @LomEdiciones y en preventa a partir de este mes, aborda una nueva perspectiva del proceso histórico político que llevó a la presidencia del país a Salvador Allende.


Para Mario Garcés autor y académico de la Usach “lo que me estimuló fue hacer un relato histórico más tradicional para que cualquier persona pueda saber, qué fue la Unidad Popular (UP), cómo empezó, cuáles fueron sus medidas fundamentales, que conflictos generó y cómo terminó”.
Este proceso social de la década de los 70 a juicio del autor ha sido abordado con mayor asiduidad en el exterior y no en Chile, debido a dos elementos “primero la negación completa del proceso de la UP por la dictadura chilena, en ese sentido fue demonizada desde el primer día”.


“Pero no solo una negación completa del proceso social, sino que también de los detenidos desaparecidos y del propio Allende que no volvió al espacio público durante 30 años, hasta que se levantó su figura frente a La Moneda”.
Un segundo factor que advierte el autor es que “la izquierda tiene la dificultad de mirarse a sí misma y de observar cuáles fueron sus grandes logros, sus grandes límites y su gran derrota. Leer la UP es leer, como dijo Neruda en su libro de Joaquín Murieta, fulgor y muerte”.


“La UP es fiesta y drama, como dijo Tomás Moulian, tiene esas dos caras y para la izquierda ese tema es muy complejo, porque implica admitir que no todo se hizo bien y particularmente que su propia división resultó ser un factor que colaboró en su derrota”.
Esa realidad nos acompaña hasta hoy, señala Mario Garcés, “incluso lo que tuvimos que enfrentar en el estallido social, como actuar por dentro de la institucionalidad o por fuera de esta, es un viejo dilema y la UP termina en ese dilema”.


“Ese dilema lo aborda Allende y trata de salvar el sistema democrático, pero este había llegado a los límites y no había voluntad, ni en la clase dominante ni en el Ejército, de sostener la democracia. Ellos cancelaron el proyecto democrático, lo arrasaron y destruyeron”.
Sobre el futuro del estallido social de 2019 y como este viene a retomar el curso histórico de los hechos, que se interrumpieron en septiembre de 1973, el historiador logra identificar dos elementos en común.
“Por un lado, una historicidad chilena en el siglo XX que no se puede entender sin la participación de los movimientos populares y sociales, de obreros, campesinos y pobladores. Hoy, además, habría que sumar al movimiento feminista, mapuches, ambientalistas y estudiantes”.


Agrega que “esta presencia de movimientos sociales, populares o democráticos han sido una constante en la vida de Chile y la dictadura lo que hace y se propone es poner fuera de la historia estos movimientos, ya no hay proletarios ni movimientos sociales de izquierda”.
Para el doctor de la @historiausach la transición “a medias” de los 90, como esta segunda transición, recoloca el tema y la pregunta sería, cuál es el lugar que ocupa la sociedad civil y los movimientos populares en la construcción de una sociedad democrática.
Un segundo elemento aglutinador es el cómo se hace y, señala, “lo interesante es que en esta coyuntura se coloca el tema constitucional y esto es una novedad en Chile, porque la última asamblea constituyente fue en 1828, por lo tanto, no tenemos tradición constituyente”.
Frente al proceso constitucional, Garcés es enfático en sostener que “la clase política quiere manejarlo, establece una convención y, además, determina que los constituyentes se elijan igual que ellos, entonces la representación de la propia sociedad civil queda muy limitada”.


En su libro de 340 páginas, el autor establece las causas que originaron la caída de Allende y su programa de gobierno y desde esa historicidad señala que “la sociedad de hoy ya cambió y si hay una operación de la derecha para evitar ese cambio, esta va a ser resistida”.
“Creo que la historicidad del siglo XX hasta el golpe de estado, es la historicidad de un pueblo que busca ser parte en la toma decisiones del campo político, incluso del Estado y políticas públicas y por lo tanto es un pueblo que democratiza, progresivamente, la sociedad”.
Es en ese continuo histórico, donde el académico e historiador visora que “se va construyendo una sociedad más democrática, ya que requieren incluirse en los debates, en la toma de decisiones y en las estructuras institucionales”.
“Todo ese proceso se interrumpe, por eso hablo de una revolución interrumpida, esto sucede cuando la dictadura expulsa al pueblo del debate, de la esfera pública y de la institucionalidad”.


Es en ese concepto de proceso interrumpido cuando a juicio del autor “se recoloca, con el estallido, un pueblo que dice nosotros queremos ser parte de la toma de decisiones, que se nos trate con respeto, que reconozcan nuestra dignidad y la condición de sujeto-actor-ciudadano”.
Mirada desde una perspectiva histórica Garcés señala que “en este nuevo proceso social hay elementos nuevos que no están en la Unidad Popular. El feminismo no existe en la UP, más bien se participa de un paradigma más clasista desde el género, por lo tanto es patriarcal“.
Además incorpora dos temas. El primero son nuestros pueblos originarios “quienes no se quieren ver simplemente como campesinos o aliados de la izquierda, quieren que se les reconozca como pueblo que reclaman autonomía, derechos y soberanía sobre los territorios”.


Un segundo tema tiene que ver con los estudiantes, pero curiosamente, agrega, el estudiante secundario “que ha sido un actor de vanguardia en las luchas sociales y revueltas, situación que es difícil de analizar, por una mirada adulta que se le da al proceso”.
Finalmente sostiene que el libro viene a plantear que este proceso interrumpido “coloca tendencias o fuerzas sociales que plantean que no es posible una sociedad chilena sin su pueblo como sujeto en la toma de decisiones, en el orden institucional y en la definición política”.


Puedes adquirir el libro “La Unidad Popular y la revolución en Chile” en la web de @LomEdiciones
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