Posted on: 2 de abril de 2021 Posted by: archivonyc Comments: 0
El pasado mes de marzo @lomediciones publicó el libro “Criminología Feminista”, un estudio recopilatorio de diversos trabajos que hacen hincapié en las discriminaciones que sufre la mujer al interior del sistema penal, y que fue coordinado por Carmen Antony y Myrna Villegas.
El libro de 183 páginas, agrupa trabajos de profesionales de Chile y España y aborda temas como: Reglas de Bangkok, adolescentes privadas de libertad, mujeres homicidas de parejas, acceso a justicia y mujeres e instituciones de encierro, entre otros.
Sobre los motivos para realizar el escrito, Myrna Villegas sostiene que Carmen Antony, una de las gestoras del escrito, lamentablemente fallecida en el mes de noviembre, quería relevar a la criminología como disciplina.
“Desde hace muchos años, a partir de los 70 y 80, la criminología como disciplina fue siendo olvidada dentro de las ciencias penales, algo paradójico entendiendo que en nuestro país los estudios criminológicos eran bien exhaustivos”, señala la también académica de la @uchile.
El porqué de la desaparición de la criminología, la abogada sostiene que se debe principalmente a la preponderancia del derecho penal en el aparato jurídico “y si a eso le sumamos la perspectiva de género, entonces la invisibilización es total” señala.
A juicio de Villegas, otra de las razones de la desaparición de la criminología se debió a los procesos políticos latinoamericanos de la época, “porque la criminología es una disciplina crítica del derecho penal, es cuestionadora del poder y del mecanismo punitivo”.
Entonces la intención del libro, señala la abogada, es darle trascendencia a la criminología feminista, que estaba invisibilizada, para ser entendida “como ese movimiento que se dedica a denunciar las discriminaciones que se producen dentro del sistema penal contra las mujeres”.
“Cuando uno examina cómo se aplican las categorías del derecho penal o cómo funciona el sistema penal en torno a la mujer, se va a dar cuenta que no es solamente una cosa de perspectiva de género” sostiene.
Argumenta Myrna Villegas, que “lo que pretendía Carmen Anthony era recopilar una serie de artículos y trabajos en una sola obra, para contribuir a la discusión que se debe dar en el sistema penal y carcelario chileno, en torno a las mujeres”.
Aproximarse al libro, es para Villegas, acercarse al trabajo de Carmen Anthony, quien fuera una de las pioneras de los estudios de género criminológicos en América Latina.
“Acá concretamos lo que señalaba Carmen: la criminología no es una cuestión de papel ni teórica; es una cuestión viva y nosotras para decir ‘vamos a hacer criminología feminista’, tenemos que hablar en cómo se aplica en el sistema penal”, argumenta la docente.
Sobre los alcances de los temas tratados en el libro, la abogada señala que “se pueden observar las discriminaciones y la visión estereotipada de la mujer en el sistema penal: la buena esposa, la buena madre, la buena hija y no se cuestiona que la mujer tenga un doble trabajo”.
“Partiendo desde esa visión -añade-, los actores del sistema penal a la hora de aplicar las categorías penales o de tratar con las privadas de libertad, de alguna manera, aplican criterios eminentemente masculinos que reproducen esa noción estereotipada”.
Pero no sólo abarca a las mujeres privadas de libertad, también hace referencia a las mujeres víctimas, “ese concepto estereotipado también lo observamos en la mujer que para poder ser víctima de violencia intrafamiliar tiene que ser una mujer que se resigne”.
La autora sostiene que la criminología feminista toma relevancia porque pone en el centro del discurso a la mujer y al feminismo, “el cual llegó para quedarse” y argumenta que, si bien se debe brindar protección a la mujer, “no se puede transformar todo en materia penal”.
“Uno no puede pretender que el problema de la mujer y del patriarcado se resuelvan sólo a través de la vía punitiva, porque no es la solución. El sistema penal castiga ex post, entonces los verdaderos esfuerzos se deben centrar en las etapas previas”, sostiene la doctora.
Añade que “tenemos que trabajar en la educación, en los colegios, en la enseñanza universitaria, porque cuando tenemos conductas violentas lo que tenemos es una persona que reproduce una conducta adquirida anteriormente”.
Concluye, señalando que “debemos realizar un cambio cultural, el movimiento feminista lo ha forzado, generando reticencias y resistencias, pero es un cambio que tiene que darse, porque es la única forma de ver nacer una sociedad nueva, más igualitaria”.